Lenguaraz, Brench Steizelboim


Livianos y profundos a la vez, los poemas de este libro tienen una fe muy grande

en la palabra, en general, y en la palabra poética, en particular. En ellos, las

palabras son un camino y un atuendo para que la voz de los poemas se vista y

no desaparezca. Sirven para rogarle a una deidad con capucha, para pensar la

intensidad de los vínculos amorosos, amistosos, y para visitar las carrocerías del

tiempo. Con palabras se hacen acrósticos y vocabularios de homenaje a otras

poetas. Y con palabras que son “alegres/ como gaviotas/ flotando en el cielo/ del

mar” se levantan “paredes enormes” que nos protegen, y que inspiran versos

mientras se lava la ropa.

 

Y el motor de estas palabras es una lengua muy descarada, un “músculo extraño/

y bien dotado/ que se abre/ como una flor”. Una lengua inquieta y en movimiento

constante que lanza, como una bola colina abajo, poemas largos que se

entusiasman y se apresuran a decir, contagiándose las ganas unos a otros.

Multiplicando sentidos al trote, con el correr de los versos; curiosa y enamorada,

es una lengua Lenguaraz.

Paula Peyseré

Lenguaraz

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Lenguaraz, Brench Steizelboim


Livianos y profundos a la vez, los poemas de este libro tienen una fe muy grande

en la palabra, en general, y en la palabra poética, en particular. En ellos, las

palabras son un camino y un atuendo para que la voz de los poemas se vista y

no desaparezca. Sirven para rogarle a una deidad con capucha, para pensar la

intensidad de los vínculos amorosos, amistosos, y para visitar las carrocerías del

tiempo. Con palabras se hacen acrósticos y vocabularios de homenaje a otras

poetas. Y con palabras que son “alegres/ como gaviotas/ flotando en el cielo/ del

mar” se levantan “paredes enormes” que nos protegen, y que inspiran versos

mientras se lava la ropa.

 

Y el motor de estas palabras es una lengua muy descarada, un “músculo extraño/

y bien dotado/ que se abre/ como una flor”. Una lengua inquieta y en movimiento

constante que lanza, como una bola colina abajo, poemas largos que se

entusiasman y se apresuran a decir, contagiándose las ganas unos a otros.

Multiplicando sentidos al trote, con el correr de los versos; curiosa y enamorada,

es una lengua Lenguaraz.

Paula Peyseré

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